
La ensalada César es una de las ensaladas más famosas y queridas en todo el mundo. Su origen, aunque esté rodeado de leyendas, se remonta a la década de 1920 en Tijuana, México. Viene creada de la mano del chef César Cardini. Con el tiempo, este plato sencillo pero sabroso se convirtió en un icono de la cocina internacional, presente en restaurantes de todos los niveles y reinterpretando en múltiples versiones.
A pesar de su aparente simplicidad, una buena ensalada César se distingue por su equilibrio perfecto entre ingredientes: la frescura y el crujiente de la lechuga romana, el sabor intenso del queso parmesano, los picatostes tostados y, por supuesto, su característica salsa César, que combina sabores salados, cremosos y umami de manera magistral.
Ingredientes para 2 personas:
- 1 lechuga romana grande
- 1 pechuga de pollo (opcional, para versión con proteína)
- Picatostes (tostones de pan, caseros o comprados)
- 30 gramos de queso parmesano en lascas finas o rallado
Para la salsa César:
- 1 yema de huevo
- 1 diente de ajo
- 2 filetes de anchoa en aceite
- 1 cucharadita de mostaza de Dijon
- 1 cucharadita de salsa «Worcestershire»
- Jugo de medio limón
- 100 ml de aceite de oliva suave
- Sal y pimienta negra al gusto
- 1 cucharadita de vinagre
Ya sabes los ingredientes, te voy a decir los pasos que debes seguir:
- Primer paso: En primer lugar, lava bien las hojas de lechuga romana y sécalas completamente con papel de cocina o una centrifugadora de ensaladas. Córtalas con las manos en trozos grandes. Reservar en frío para que estén bien crujientes.
- Segundo paso: Sazona la pechuga con sal, pimienta y un chorrito de limón. Cocínala a la plancha con un poco de aceite hasta que esté bien dorada por fuera y jugosa por dentro. Deja enfriar ligeramente y corta en tiras o cubos.
- Tercer paso: En tercer lugar, corta pan del día anterior en cubos pequeños. Saltéalos en una sartén con un poco de aceite de oliva y un diente de ajo machacado hasta que estén dorados y crujientes. También puedes hornearlos o usar pan comprado.
- Cuarto paso: En un bol o vaso de batidora, añade la yema de huevo, las anchoas, el ajo, la mostaza, la salsa «Worcestershire» y el jugo de limón. Tritura bien con batidora. Luego, con la batidora en marcha, añade el aceite poco a poco hasta obtener una textura cremosa, similar a una mayonesa ligera. Ajusta con sal, pimienta y, si deseas, un toque de vinagre.
- Quinto paso: En una ensaladera grande, mezcla las hojas de lechuga con la salsa (añádela poco a poco para no pasarte. Incorpora el pollo, los picatostes y las lascas de parmesano. Mezcla suavemente y sirve de inmediato.
Ahora te voy a dar unos consejo para una ensalada César perfecta:
- Lechuga bien seca: Uno de los secretos está en que la lechuga esté completamente seca para que la salsa adhiera correctamente y no quede aguada.
- Hacer la salsa casera: La diferencia entre una ensalada buena y una excelente está en la salsa. La versión casera tiene mucho más sabor y frescura.
- Variaciones con personalidad: Puedes añadir bacon crujiente, huevo cocido, aguacate o incluso sustituir el pollo por gambas a la plancha.
- Usa parmesano de calidad: El queso parmesano auténtico (Parmigiano Reggiano) da un toque inconfundible. Evita los quesos en polvo procesados.
- Toque final: Añadir un poco de pimienta negra recién molida al servir realza todos los sabores.
A continuación te voy a decir los errores más comunes al hacer ensalada César:
- Usar lechuga romana: Aunque sean parecidas, la iceberg no tiene el mismo sabor ni textura que la romana, que es la auténtica protagonista.
- Salsa industrial sin carácter: Muchas versiones de supermercado no se acercan ni de lejos al sabor original. Si no puedes hacerla tú, elige una de buena calidad o al menos mejora una comprada con un poco de ajo y limón.
- Añadir demasiada salsa: La ensalada no debe nadar en salsa. Es mejor ir añadiendo poco a poco y mezclar suavemente.
- No dar textura al plato: Los picatostes deben ser crujientes, el pollo dorado y el queso en lascas. La variedad de texturas es clave.
- No probar y ajustar: Como en toda receta, es importante probar la salsa y corregir el punto de sal, acidez o espesor antes de mezclarla con la ensalada.
La ensalada César es mucho más que una simple ensalada: es una combinación de ingredientes que se complementan a la perfección y que, cuando se prepara con mimo, se convierte en un plato completo, sabroso y muy elegante. Ya sea como entrante, acompañamiento o incluso como plato principal.
Además, es una excelente opción para una comida rápida pero esencial, y admite variaciones según tus gustos o lo que tengas en casa. Anímate a prepararla desde cero: una vez lo hagas, no querrás volver a la versión de restaurante. ¡Buen provecho y hasta la próxima receta!