Los calamares fritos son uno de los platos más populares de la gastronomía mediterránea, especialmente en España, donde forman parte indispensable de las tapas y aperitivos veraniegos. Los calamares son crujientes por fuera, tiernos por dentro y con ese sabor a mar tan característica, los calamares bien hechos pueden ser un verdadero manjar.
Esta receta que te voy a enseñar para prepararlos de manera sencilla en casa, con un resultado muy similar al de los mejores bares. Además, te daré una serie de consejos para lograr un rebozado perfecto, te diré los errores más comunes que debes evitar y algunos trucos extra que te siempre te salgan bien,
Ingredientes para 4 personas:
- 500 gramos de calamares limpios (pueden ser anillas o calamar entero troceado)
- 100 gramos de harina de trigo
- Aceite de oliva suave o aceite de girasol (para freír)
- Sal
- Limón (para servir)
- Perejil fresco picado (opcional)
- Ajo en polvo o pimienta blanca (opcional)
A continuación te voy a decir los pasos que debes seguir:
- Primer paso: En primer lugar, si compras los calamares enteros, debes limpiarlos retirando la piel, la pluma interior, los ojos y el pico. Lava bien con agua fría y sécalos completamente con papel de cocina. Este paso es esencial: si quedan húmedos, la fritura no quedará crujiente. Si compras anillas congeladas, descongélalas en la nevera el día anterior y sécalas muy bien antes de usarlas.
- Segundo paso: En segundo lugar, coloca los calamares limpios y secos en un bol. Añade sal al gusto y, si quieres un toque de ajo en polvo o pimienta blanca. Mezcla bien para que se impregnen de sabor.
- Tercer paso: En tercer lugar, pasa las anillas de calamar por la harina de forma que queden bien cubiertas. Para una textura más aireada, puedes usar una mezcla de harina de trigo con un poco de harina de garbanzo o maicena. Sacude el exceso de harina usando un colador o tamiz.
- Cuarto paso: Calienta abundante aceite en una sartén o freidora a unos 170-180 grados. Es importante que el aceite esté bien caliente antes de freír, pero sin que llegue a humear. Fríe los calamares en tandas pequeñas durante 1 a 2 minutos como máximo. No los amontones en la sartén: si lo haces, bajará la temperatura del aceite y los calamares quedarán blandos. Cuando estén dorados, retíralos con una espumadera y colócalos sobre papel absorbente.
- Quinto paso: Sirve los calamares calientes, acompañados de unas rodajas de limón para exprimir al gusto. Puedes espolvorear un poco de perejil fresco picado por encima para darles un toque de color y frescor.
Ahora que sabes los pasos que debes seguir te voy a dar una serie de consejo para que tus calamares fritos salgan perfectos:
- El secado es clave: La humedad es enemiga del crujiente. Seca bien los calamares antes de pasarlos por la harina.
- No uses huevo ni pan rallado: El rebozado tradicional de los calamares fritos es solo harina y punto. Nada más
- Aceite limpio y caliente: Si usas aceite ya usado o poco caliente, absorberán demasiada grasa.
- Freír en tandas: Hazlo por partes para mantener la temperatura y lograr un dorado uniforme.
- Servir inmediatamente: Los calamares fritos pierden su textura si se enfrían o se tapan. Lo mejor es comerlos recién hechos.
- Congela los calamares ya enharinados si quieres hacerlos en otro momento: Puedes preparar los calamares, pasarlos por harina y colocarlos en una bandeja en el congelador. Una vez congelados, guárdalos en bolsas herméticas. Así solo tendrás que freírlos directamente (sin descongelar) cuando los necesites.
Si no quieres equivocarte a la hora de hacer los calamares, aquí tienes los errores más comunes que se suelen hacer:
- Freírlos demasiado tiempo: Solo necesitan uno o dos minutos. Si los dejas más tiempo, se endurecen y quedan gomosos.
- Usar calamares mojados: El rebozado se despega y salpica el aceite. Además, quedan blandos.
- Aceite a baja temperatura: Los calamares absorberán grasa y quedarán aceitosos y pesados.
- Rebozado grueso o con huevo: Eso es otra receta (calamares a la romana). Para los fritos crujientes, solo harina.
- Rebozar con sal directamente en la harina: Si mezclas la sal en la harina, se humedece y forma grumos, afectando al rebozado. Es mejor salar los calamares antes y luego pasarlos por harina seca.
Los calamares fritos son unas de esas recetas que, aunque parecen simples, tienen sus secretos y detalles importantes. Con buenos ingredientes, una técnica cuidada y un poco de práctica, puedes lograr un plato espectacular que transporta a la playa con solo un bocado. Perfectos como tapa, entrante o plato principal con una ensalada fresca, una cerveza bien fría o incluso un vino blanco seco, que combina muy bien con los sabores del mar. Anímate a prepararlos y a disfrutar de uno de los clásicos más sabrosos de nuestra cocina. ¡Buen provecho y hasta la próxima receta!